Esta errónea creencia nace gracias a un estudio realizado tras la Primera Guerra Mundial. Intentando poner fin a las miles de personas que padecían anemia tras la guerra, científicos estadounidenses determinaron los alimentos que más niveles de hierro podían aportarnos. Las espinacas (que efectivamente contienen este mineral) adquirieron rápidamente fama debido a una simple errata. EL estudio aseguraba que en 100 gramos de esta verdura se encontraban unos 17 de hierro, cuando en realidad el número que debería haber aparecido escrito era 1'7.
Así, las espinacas quedaron registradas con un contenido ferroso diez veces mayor al real. El error se desmintió finalmente a mediados de los años ochenta, pero para entonces era ya demasiado, el icónico personaje Popeye llevaba vivo unos cincuenta años y su popularidad había otorgado rápidamente y hacía décadas veracidad al mito.
Aunque las espinacas no aporten hierro, lo cierto es que su consumo si contribuye a desarrollar músculos más fuertes gracias a los nitratos que contiene, además favorecen la digestión y el control de la hipertensión, según un estudio recientemente publicado en The Journal of Nutrition.
Fuentes:
http://guiagastronomika.diariovasco.com/noticias/hierro-espinacas-201305101118.php
http://cadenaser.com/ser/2015/03/23/sociedad/1427113039_094926.html
http://www.abc.es/sociedad/20150512/abci-verdad-hierro-espinacas-201505111800.html
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