"Como sigas así te van a quedar los dedos tuertos", ¿cuántas veces hemos escuchado esta frase? muchas. Sin embargo no existe evidencia científica de que la acción de crujirnos los nudillos cause daño en nuestras articulaciones y mucho menos que sea el detonante de desarrollar artritis.
Diversos informes demuestran que entre un 25-50% de las personas suelen crujirse los dedos, la mayoría hombres, mientras que para muchas otras es realmente molesto el sonido que se produce al hacerlo.
En primer lugar para comprender por qué se produce el sonido al hacer estallar los nudillos cumple tener claros una serie de conceptos a cerca de las articulaciones. Todas las articulaciones de nuestro cuerpo tienen en común una cápsula sinovial. Dicha cápsula tiene como función evitar que los huesos se desplacen los unos de los otros. Contiene, en su interior, un líquido denominado líquido sinovial que se encarga de lubricar la articulación disminuyendo el rozamiento entre los huesos y facilitando el movimiento.
El líquido sinovial contiene, a su vez, una serie de gases disueltos como el dióxido de carbono, el oxígeno y el nitrógeno. Pues bien, al crujirnos los nudillos lo que hacemos es aumentar el espacio entre las dos piezas óseas que componen la articulación. Al hacer eso la presión del líquido sinovial disminuye y los gases disueltos forman burbujas que comienzan a ocupar el espacio libre. Dichas burbujas de gas explotan causando el sonido característico que se produce al crujir los nudillos. Para volver a su estado inicial los gases necesitan entre 25-30 minutos y este será el tiempo que se debe esperar antes de volver a hacer sonar los nudillos.
Se trata de una tendencia muy común entre la población y son muchos, incluso expertos, los que afirman que el acto de crujirse los nudillos puede causar, a largo plazo, artritis. Aunque son pocos los estudios científicos realizados en torno a esta actividad ninguno de ellos encontró relación entre esta particular afición y el desarrollo de artritis.
Uno de los primeros científicos en realizar un estudio sobre la acción de crujirse los nudillos y sus consecuencias fue Robert Swezey que en 1975 analizó el estado de las articulaciones de un grupo de 28 ancianos que solían hacer sonar sus nudillos.
Posteriormente Donald Unger, doctor de California, realizó otro experimento utilizándose a si mismo como centro de la investigación. Donald durante 60 años hizo crujir los nudillos de su mano izquierda al menos dos veces al día no haciéndolo nunca en la mano derecha para poder usarla como comparación. Tras ese periodo de tiempo descubrió que la artritis estaba presente en las articulaciones de sus dos manos de forma simétrica y que, por lo tanto, no tenía nada que ver con el hecho de hacer crujir los nudillos. La verdadera causa de la artritis es la edad, la herencia y la realización de trabajo duro con las manos.
Dicho experimento hizo que Donald Unger fuese premiado en 2009 con el Ig Nobel, un premio otorgado todos los años por la universidad de Harvard a aquellos experimentos poco convencionales que primero hacen reír y después hacen pensar.
Se trata de una tendencia muy común entre la población y son muchos, incluso expertos, los que afirman que el acto de crujirse los nudillos puede causar, a largo plazo, artritis. Aunque son pocos los estudios científicos realizados en torno a esta actividad ninguno de ellos encontró relación entre esta particular afición y el desarrollo de artritis.
Uno de los primeros científicos en realizar un estudio sobre la acción de crujirse los nudillos y sus consecuencias fue Robert Swezey que en 1975 analizó el estado de las articulaciones de un grupo de 28 ancianos que solían hacer sonar sus nudillos.
Posteriormente Donald Unger, doctor de California, realizó otro experimento utilizándose a si mismo como centro de la investigación. Donald durante 60 años hizo crujir los nudillos de su mano izquierda al menos dos veces al día no haciéndolo nunca en la mano derecha para poder usarla como comparación. Tras ese periodo de tiempo descubrió que la artritis estaba presente en las articulaciones de sus dos manos de forma simétrica y que, por lo tanto, no tenía nada que ver con el hecho de hacer crujir los nudillos. La verdadera causa de la artritis es la edad, la herencia y la realización de trabajo duro con las manos.
Dicho experimento hizo que Donald Unger fuese premiado en 2009 con el Ig Nobel, un premio otorgado todos los años por la universidad de Harvard a aquellos experimentos poco convencionales que primero hacen reír y después hacen pensar.
A pesar de que está demostrado que crujirse los nudillos no desencadena artritis sí que puede disminuir la fuerza de la mano.
A continuación se muestra un vídeo que resume todo lo explicado en este post:
Fuentes:
http://www.elmundo.es/enredados/2015/04/20/551403b2268e3ebe098b4572.html
http://www.fisioenap.com/me-crujen-todos-los-huesos/
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130828_mitos_medicos_artritis_crujir_dedos_finde
http://www.batanga.com/curiosidades/5838/tronarse-los-dedos-produce-artritis-mito-o-realidad
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